Desde Tailandia con amor

Desde Tailandia con amor

Poker Room
23/08/2018

Nadie quiere perderse el festival del año en Europa y eso se nota. Jugadores llegados de todas la puntas del globo pasarán estos días por las impresionantes instalaciones de Casino Barcelona, muchos de ellos españoles que en su día decidieron poner tierra de por medio para comenzar una aventura en tierras extranjeras.

Ese es precisamente el caso de Aquilino López, un gallego que hace ahora tres años se lió la manta a la cabeza para darle a su vida un cambio muy especial. En realidad, para jugar al póker al máximo nivel no hace falta mucho más que un buen portátil y una conexión a internet, y eso es justo lo que debió pensar el de Santiago de Compostela cuando hizo la maleta y puso rumbo a tierras asiáticas.

Cosas del destino, o no, Aquilino estaba muy cerca de Barcelona pasando unos días de vacaciones cuando uno de sus colegas le animó dejarse ver por las mesas. "Estaba de vacaciones en Sitges con unos amigos, pero me avisaron los gallegos de que venían y decidí pasarme", nos contaba mientras se levantaba de la mesa tras ser reprendido por el croupier por hablar, concretamente en español, cuando otros jugadores estaban en la mano.

"Creo que jugaré solo este torneo, pero ya sabes cómo es esto, depende un poco del gusanillo", comentaba entre risas.

Ante nuestra pregunta sobre su vida en Asia, concretamente en Tailandia, el gallego no dudó en reconocer que había sido todo un acierto.

"Estoy encantado, ahora me doy cuenta de que fue una decisión muy acertada. Si no viajamos y disfrutamos ahora cuándo lo vamos a hacer. He intentado que muchos de mis amigos se animen a venir, pero ya sabes lo complicado que es alejar a los gallegos de sus casas y sus familias. Es un pena que no se planteen moverse al extranjero, porque es toda una experiencia de vida".

Asentado en una pequeña isla al sur de Tailandia, Aquilino reconocía que no tardará en encontrar un nuevo destino. Su mentalidad ha cambiado tanto en estos años que tener que mudarse no le preocupa en absoluto.

"Cuando llegamos allí éramos unos 40, así que te puedes imaginar. Sin embargo, aquello es muy pequeño y está bastante masificado de turistas, algo que los tailandeses tratan de aprovechar al máximo. Poco a poco nuestro grupo se fue reduciendo, y ahora quedamos solo unos siete jugadores. Puede que en breve cambiemos de destino. Puede que Filipinas sea nuestra próxima parada", nos contaba mientras volvía a tomar asiento.

Con esa sonrisa que siempre le ha caracterizado, Aquilino, que durante este tiempo ha sufrido un cambio físico (para bien) espectacular, volvía a tomar asiento y a centrarse en lo importante estos días: jugar al póker. Su destino en este torneo todavía está por escribirse, pero, llámame loco, desde fuera da la sensación de que este gallego, que comenzó a jugar por diversión, ya ha triunfado en la vida. El resto es solo algo secundario.

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